¿Qué es la globulina fijadora de hormonas sexuales?
La globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG) es una proteína producida por el hígado con un par de funciones corporales vitales. Primero, se une a las hormonas sexuales (como la testosterona) y las transporta por todo el cuerpo. En segundo lugar, ayuda a controlar la cantidad de estas hormonas sexuales que funcionan activamente en el cuerpo.
La actividad biológica de las hormonas sexuales viene determinada principalmente por su unión o no a la SHBG, tal y como detalla la "hipótesis de la hormona libre".1 Por ejemplo, en promedio, aproximadamente el 50% de la testosterona está fácilmente disponible (es decir, biodisponible) porque no está unida a la SHBG; está libre o unida a la albúmina (una proteína diferente que ayuda a transportar las hormonas por el organismo).2 El otro 50% de la testosterona está unido a la SHBG y no puede entrar en los tejidos para ejercer su efecto.
¿Cuál es la relación entre la testosterona y la SHBG?
El cuerpo trata de equilibrar la testosterona y la SHBG para mantener la cantidad de testosterona biodisponible dentro de unos límites normales. Si cambian los niveles de testosterona total o de SHBG, también cambia la cantidad de testosterona biodisponible.
Los posibles problemas de salud surgen cuando la testosterona biodisponible se desvía de los niveles normales. Es decir, cuando los niveles de SHBG son altos pero los niveles de testosterona total no lo son. O cuando los niveles de SHBG son bajos pero los niveles de testosterona total no lo son.
Los niveles bajos de SHBG están asociados con una mayor incidencia de hipertensión, inflamación, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y enfermedad hepática.3 Por otro lado, los niveles altos de SHBG están asociados con ciertos síntomas de testosterona baja, especialmente cuando los niveles de testosterona total ya son bajos. Estos síntomas incluyen infertilidad, disminución del deseo sexual y disfunción eréctil.4
Los aumentos en SHBG y las ligeras reducciones en la testosterona total también explican por qué los niveles de testosterona biodisponible tienden a reducirse linealmente a lo largo de la vida.5 Algunos informes encuentran que la testosterona biodisponible puede reducirse en un 50% a los 75 años.6
¿Qué significan los resultados de la prueba de SHBG?
La medición de su nivel de SHBG proporciona información sobre la cantidad de testosterona activa. Un profesional de la salud generalmente recomienda una prueba de SHBG si tiene signos y síntomas de tener demasiada o muy poca testosterona.
El rango normal de concentraciones de SHBG en hombres adultos es de 10 a 57 nanomoles por litro (nmol/L). Por lo tanto, un puntaje de prueba inferior a 10 nmol/L indica SBHB bajo, y un puntaje de prueba superior a 57 nmol/L indica SBHB alto.
¿Qué hago si los resultados de mi prueba de SHBG son altos o bajos?
Si un nivel alto o bajo de SHBG es un posible problema de salud depende de cómo su profesional de la salud interprete este resultado junto con sus niveles totales de testosterona. Como se mencionó, si sus niveles de SHBG son altos o bajos, puede sugerir que tiene una condición de salud que causa estos niveles anormales. En este caso, su profesional de la salud podrá brindarle toda la información sobre cualquier tratamiento y sus próximos pasos.
Puntos a tener en cuenta:
- SHBG regula la cantidad de testosterona que está fácilmente disponible.
- Tanto los niveles bajos como los altos de SHBG pueden explicar los síntomas de niveles anormales de testosterona, incluso si el nivel total de testosterona se encuentra dentro del rango normal.
- Es importante consultar a un profesional de la salud si experimenta síntomas de niveles anormales de testosterona.
Referencias
- Mendel CM. Endocr Rev 1989;10(3):232-74.
- Dunn JF et al. J Clin Endocrinol Metab 1981;53(1):58-68.
- Wang J. Clin Endocrinol Metab 2021;106(10):e3946-e3956.
- Caldwell JD, Jirikowski GF. Horm Metab Res 2009;41(3):173-82.
- Fabbri E, et al. J Gerontol A Biol Sci Med Sci 2016;71(9):1202–1209.
- Vermeulen A, et al. J Clin Endrocrinol Metab 1996;81(5):1821-6.