¿Cuál es la causa de la diábetes?

¿Qué es la diábetes tipo 2?

La diábetes mellitus de tipo 2 (DMT2) es un trastorno metabólico que afecta considerablemente a la vida humana. Caracterizada por altos niveles de azúcar en la sangre, la DMT2 daña los vasos sanguíneos pequeños y se asocia con cardiopatías, enfermedad renal crónica y ciertos cánceres y enfermedades del cerebro. Por estos motivos, la DMT2 es la novena causa de muerte y es responsable de más de 1 millón de muertes al año.^1,2 Aproximadamente 1 de cada 11 adultos tiene diábetes, el 90% de los cuales son DMT2, y la prevalencia mundial de la enfermedad aumenta aproximadamente un 2,5% cada año.^3,4

¿Causas de la diábetes tipo 2?

La principal teoría sobre la DMT2 se conoce como el umbral personal de grasa.5 Partiendo de la hipótesis de los ciclos gemelos, que destacaba que el exceso de grasa en el hígado y el páncreas es fundamental para la DMT2, el umbral personal de grasa postula de forma más general que la grasa corporal es la causa principal de la DMT2.⁶ Afirma que cada persona tiene un límite en cuanto a la cantidad de grasa corporal que puede almacenar sin desarrollar DMT2. Al consumir demasiada energía (calorías) en relación con los niveles de actividad, las células adiposas almacenan el exceso de energía de forma segura bajo la piel hasta que ya no pueden aumentar ni de tamaño ni de número; en este punto, la energía empieza a acumularse en la sangre y se almacena en los órganos vitales y alrededor de ellos.⁷ A medida que se acumula más grasa en el cuerpo, el páncreas acaba dejando de funcionar correctamente y ya no puede producir suficiente insulina para seguir extrayendo azúcar del torrente sanguíneo. En consecuencia, aparece la DMT2 y aumentan los niveles de azúcar en sangre.

El umbral de grasa personal está fuertemente respaldado por muchas líneas de evidencia. La primera es que un aumento progresivo del peso corporal se asocia a un mayor riesgo de desarrollar DMT2.⁸ Además, una serie de estudios prospectivos en humanos indican que la pérdida de peso por sí sola puede normalizar los niveles de azúcar en la sangre y la función de la insulina.⁹ Cuanto más peso corporal se pierda, mayor será la probabilidad de remisión de la DMT2. Uno de estos ensayos, en particular, conocido como ensayo DiRECT, ofreció una visión innovadora: demostró que el 86,1% de los diabéticos tipo 2 que perdieron 15 kg o más lograron la remisión de la DMT2 en 12 meses. La pérdida de peso también fue el único predictor sólido de la remisión de la DMT2 en este ensayo clínico.¹⁰

Los cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, suelen ser los medios para lograr la pérdida de peso en este tipo de estudios, pero los resultados a largo plazo de la cirugía para la pérdida de peso reportan beneficios similares. ¹¹ De hecho, tan sólo una semana después de la cirugía bariátrica en diabéticos de tipo 2, es habitual que los niveles elevados de azúcar en sangre vuelvan al rango normal. Estos resultados tan espectaculares se explican por el enorme descenso de la ingesta energética y la rápida pérdida de grasa del hígado y el páncreas.¹²

^{¿Determinantes del umbral de grasa personal?}

Como se ha explicado anteriormente, cuanto más peso corporal se pierda o se gane, más probable es que una persona supere su umbral personal de grasa y desarrolle DMT2 o que entre en remisión. Por ejemplo, una persona con un umbral personal de grasa de 100 kg aumentará su riesgo de DMT2 cuando supere este peso corporal, y es más probable que su diábetes entre en remisión cuando descienda por debajo de este peso corporal.

Se cree que el umbral personal de grasa viene determinado principalmente por la genética. Por un lado, un trastorno que provoque que las personas tengan poco o ningún tejido adiposo (denominado lipodistrofia) condicionará un umbral personal de grasa muy bajo, y será extremadamente difícil evitar la DMT2.¹³ Por otro lado, a pesar de que aproximadamente el 90% de los diabéticos de tipo 2 tienen sobrepeso o son obesos, aproximadamente el 70% de las personas con obesidad mórbida (IMC superior a 40) no padecen DMT2 y probablemente tengan un umbral personal de grasa elevado.^14,15 Entre estos extremos, los umbrales personales de grasa parecen ser muy variables, y el origen étnico es uno de sus principales determinantes. Si se tienen en cuenta otros factores, los grupos étnicos negros y asiáticos tienen aproximadamente el doble de riesgo de desarrollar DMT2 que los grupos étnicos blancos.¹⁵

Aunque se sigue investigando, se cree que el umbral personal de grasa también está influido en parte por factores relacionados con el estilo de vida. El ejercicio, por ejemplo, podría aumentar el umbral personal de grasa al enviar más energía a los músculos en lugar de a las células adiposas.¹⁶ Un consumo elevado de grasas saturadas, por ejemplo, podría reducir el umbral personal de grasa al almacenar mayores cantidades de energía sobrante en forma de grasa hepática en comparación con las grasas insaturadas.¹⁷ La falta de sueño y los niveles elevados de estrés también tienden a asociarse con la DMT2 por razones que aún se están investigando.^18,19 Así pues, aunque la genética probablemente mantendrá el umbral personal de grasa de un individuo dentro de un rango bastante estrecho, es probable que sea (ligeramente) modificable por ciertos factores del estilo de vida.

¿Tratamientos para la diábetes tipo 2?

Existen varias opciones de tratamiento para controlar la diábetes de tipo 2. Algunas se dirigen a la causa primaria subyacente de la enfermedad (el exceso de peso corporal), como los cambios en el estilo de vida que reducen la ingesta de energía y aumentan el gasto energético. Sin embargo, teniendo en cuenta que muchas personas tienen dificultades para mantener los cambios en su dieta y niveles de actividad, algunos medicamentos y cirugías que ayudan a perder peso son opciones viables y eficaces.^20,21 Medicamentos como la metformina y la insulina, por ejemplo, han demostrado que pueden mejorar el control de la glucemia, reducir los síntomas de la enfermedad y disminuir el riesgo de otras enfermedades relacionadas con la DMT2.²²

Recomendamos a cualquier persona preocupada por la DMT2 que hable con su médico. El mejor enfoque para prevenir y tratar la DMT2 puede variar de una persona a otra, y es importante analizar todas las opciones con un profesional de la salud.

Puntos a tener en cuenta

• Si la DMT2 se reduce a una causa principal, ésta es la grasa corporal. Ganar grasa corporal aumenta el riesgo de DMT2, y perder grasa corporal aumenta las probabilidades de remisión
• La dieta y el ejercicio controlan la grasa corporal. Junto con el sueño y el estrés, estos factores del estilo de vida también pueden ayudar a controlar la DMT2 independientemente de la grasa corporal
• Existen opciones médicas y quirúrgicas eficaces para tratar la causa subyacente de la DMT2 y controlar sus síntomas asociados

‍

‍

‍

Referencias

1. Nowakowska M, et al. BMC Med 2019;17:145.  

2. Khan M, et al. J Epidemiol Glob Health 2020;10(1):107–111.

3. Zheng Y, et al. Nature Reviews Endocrinology 2018;14:88–89.

4. Kotwas A, et al. Archives of Public Health 2021;79(110).

5. Taylor R. J Intern Med 2021;289(6):754–770.

6. Taylor R. Diabet Med 2013;30(3):267–75.

7. Haczeyni F, et al. Obes Rev 2018;19(3):406–420.  

8. Colditz GA, et al. Ann Intern Med 1995;122(7):481–6.  

9. Lim EL, et al. Diabetologia 2011;54(10):2506–2514.

10. Thom G, et al. Diabet Med 2021;38(8):e14395.

11. Yu J, et al. Obes Surg 2015;25(1):143–58.  

12. Colles SL, et al. Am J Clin Nutr 2006;84(1):304–11.  

13. Akinci B, et al. MDText 2018;avaialble at:https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK513130/.  

14. Must A, et al. JAMA 1999;282(16):1523–9.  

15. Gregg EW, et al. Prev Med 2007;45(5):348–52.  

16. Kirwan JP, et al. Cleve Clin J Med 2018;84(1):S15–S21.  

17. Yki-Jarvinen. Nutrients 2015;7(11):9127–38.  

18. Antza C, et al. J Endrocrinol 2021;252(2):125–141.

19. Kelly SJ, et al. Annu Rev Public Health 2015;36:441–62.

20. Avgerubis I, et al. Diabetes Obes Metab 2020;22(3):335–345.  

21. McGlone ER, et al. PLoS Med 2020;17(12):e1003228.  

22. Pfeiffer AFH, et al. Dtsch Arztebl Int 2014;111(5):69–82.
    

‍